viernes, 20 de junio de 2014

EL MANEJO DEL PODER. El término “poder” es considerado por el diccionario de la Real Academia Española como el dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo. Así, este poder incluiría la habilidad o capacidad de forzar a alguien para que se comporte de una determinada manera (Mulder, DeJong, Koppelaar y Verhage, 1986), o, como se dice comúnmente, salirse con la suya en una situación social. French y Bell (1996), tras una revisión de las distintas definiciones de poder que se pueden encontrar en la literatura sobre Psicología del Trabajo, identifican una serie de elementos comunes a todas ellas. Así el poder implica: Obtener un efecto (salirse con la suya). Se da durante una interacción social (dos o más personas). Supone la capacidad de influir en los otros. Los resultados favorecen a alguna de las partes. Voluntad de poder, voluntad de potencia o voluntad de pujanza (en alemán Der Wille zur Macht)1 es un concepto importante de la filosofía de Friedrich Nietzsche. Esta describe lo que él consideraba el motor principal del hombre: la ambición de lograr sus deseos, la demostración de fuerza que lo hace presentarse al mundo y estar en el lugar que siente que le corresponde; todas esas son manifestaciones de la voluntad de poder. Otro punto particular de la voluntad de poder es que también representa un proceso de expansión de la energía creativa que, de acuerdo con Nietzsche, era la fuerza interna fundamental de la naturaleza.

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